La firma Dior celebra este año su 70 aniversario y por eso dedicamos este post a nuestra visita a la emblemática maison ubicada en 30 Avenue Montaigne, París.
Entrar por esas puertas enormes de cristal realmente te transportan al mundo mágico donde la moda vivió sus más altos años de gloria.
Un poco de la historia de Christian Dior
Antes de convertirse en el padre de la moda francesa trabajó para diarios como dibujante y otros modistos como Robert Piguet, pero su vida dio un giro rotundo al conocer a Marcel Boussac, quien lo impulsó a construir la maison. Su elegancia inspiró a Christian a lo largo de toda su vida. En un tiempo dominado por el gris militar y los cortes rectilíneo, Dior reivindicaba la silueta femenina: faldas con vuelo, hombros redondos, faldas de mucho vuelo, cintura de avispa que la entonces editora de la prestigiosa Harper’s Bazaar bautizaría como New Look. Fue tal su éxito que sólo un año más tarde abrió su primer boutique en Nueva York, luego de su muerte contaría con 24 locales en todo el mundo.
Dior fue reconocido enseguida como un genio de la aguja gracias a crear una imagen de mujer muy femenina y coqueta, contrastándo poderosamente con los años oscuros de posguerra que se vivían en Francia. Con el negro, azul y blanco como colores favoritos, y cuidando hasta el más mínimo detalle de sus creaciones -que adornaba siempre con broches y collares de perlas- Dior impuso un sello de elegancia cuyo legado aún pervive.
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