Tengo vagos recuerdos (pero muy gratos) de vivir la ceremonia de los Óscar como si estuviera en la mismísima alfombra roja. Ese día en casa todos los antojos estaban permitidos y si te aparecías en pijama en el living, sentías la presión de las miradas de todos los presentes (incluidos los amigos de tus padres). De modo que no te quedaba otra opción que vestirte con cierta gracia y elegancia o, disfrazarte, como supe hacerlo la mayoría de las veces.
Por Carolina Barreiro.
Me gustaba sentirme Meryl Streep en primera fila vistiendo un vestido de alta costura de Versace esperando la premiación a Mejor Actriz como quién espera un 104 a las 6 de la tarde en Bulevar España. La famosa estatuilla solía ser alguno de los trofeos de mamá de cuando practicaba patín artístico (ok, tan lejos del arte no estaba) y los agradecimientos se repartían generosamente sin obviar a nadie y sin un papel que haga de ayuda de memoria: mamá, papá, abuelos, tíos, primos, amigos, vecinos y a mi perrita Cocker que tanto me apoyó para incursionar en la actuación.
20 años después sigo viviéndolo con la misma intensidad, pero sin todo el despliegue que supone ser un niño en un mundo de adultos y por supuesto, con otra mirada. Siempre fui fanática del cine, los domingos en casa de mis tíos era religión mirar una película antes de la cena y hasta el día de hoy se intenta sostener la tradición. No me extraña que, con los años, las distracciones hayan dispersado a la mayoría de los involucrados y siempre quedemos mi tío y yo terminando la película, así como coincidimos en manifestar inmediatamente nuestro disgusto cuando la elección de la película bordea temáticas de vacaciones, chicos populares, romances de secundaria o humor que incluya violencia física.
Las buenas influencias no se pierden nunca y como era de esperar, terminé siendo más cinéfila de lo que se esperaba. He llegado a mirar hasta 5 películas de diferentes géneros en un mismo día sin evadir los momentos de alimentarse e ir al baño, pero intentando que éstos pasen lo más rápido posible.
Valoro las piezas independientes, las de culto, las extranjeras, las que por lo menos “lo intentan”, así como también las lujuriosas y ambiciosas que todos los años nos presenta Hollywood.
Para la edición 90 de los Óscar 2018 me puse al día y quedé más que satisfecha en comparación a otros años con respecto al repertorio de nominaciones. Este año los grandes críticos del cine no obviaron algunos temas dignos de catapultar en el tapete de conversación: violación y asesinato, vínculos problemáticos, la guerra como resultado de un mundo cada vez más deshumanizado, homosexualidad, racismo, abuso de poder, el significado del verdadero amor y acá es donde me detengo, repudio ante la transexualidad, entre otros. En la categoría a Mejor Película Extranjera (sigo sin entender por qué no está nominada a Mejor Película sin importar su nacionalidad) compite una verdadera obra de arte que entra sin dudarlo en mi lista de favoritas y que deberíamos detenernos a mirar con mucha atención: Una mujer fantástica (Chile). El audaz director Sebastián Lelio cuenta la historia de Marina, una joven transexual que mantiene un vinculo sentimental con un hombre 20 años mayor que ella y que, tras su repentina muerte, ésta queda siendo el blanco de discriminación de la familia del difunto. La actuación de Daniela Vega me conmovió profundamente dejándome sentada al borde del sillón a punto de caer (pose habitual en mí cuando algo me llama mucho la atención). Es de admirar como en ningún momento se sale de la postura que toda mujer tendría que tener cuando las papas queman y las circunstancias se complican crudamente: resistencia. La película logra dejarnos en evidencia como seres inhóspitos una vez más, dejando entrever que no superamos la hipocresía que nos inunda todos los días de forma inconsciente. La historia de Marina marca fuertemente el valor que nos atribuimos los unos a los otros como personas, totalmente ciegos en mente y alma ante esa búsqueda irreal de aceptar solo lo que consideramos “normal” o “conocido” y deja un gran aprendizaje, no solo al acosador, sino también al acosado: en este caso, a todas las transexuales que año tras año luchan en el mundo por vivir tranquilamente en una sociedad falsa, negligente y carente de consciencia.
Si alguna vez pensaste que tenías demasiados problemas (los suficientes como para creerte el ombligo del mundo), no viste nada todavía.
¡Aplausos de pie entonces para tan fantástico guion! Y para mis siguientes preferidas de la noche: La forma del agua de Guillermo del Toro que, con seguridad, no se va a ir con las manos vacías y no me refiero solo a reconocimientos a nivel técnico.
También para Déjame salir, la vi 3 veces en 2017 y quedé sumamente eufórica cuando vi la cantidad de nominaciones que se le atribuyeron. Las especulaciones no la ponen en un buen lugar ya que la competencia es furiosamente de calidad, pero en mi corazón es la gran ganadora a Mejor Película (si todavía no la vieron, no sé qué están esperando).
Mis condolencias hacia mi misma que esperaba un Woody Allen nominado o ganador. Es una lástima que se haya puesto de moda el tema del abuso sexual y grandes genios hayan quedado opacados, pero de alguna u otra manera, en esta vida todo cae por su propio peso y no queda otra que ser pacientes y aprender.
Les dejo mi penca basada únicamente en preferencias e iniciamos las apuestas (en euros) cuando gusten:
MEJOR PELÍCULA
MEJOR DIRECCIÓN
Guillermo del Toro – La forma del agua
MEJOR ACTRIZ
Frances McDormand, – Tres anuncios a las afueras
MEJOR ACTOR
Timothée ChalametGary Oldman – El instante más oscuro
MEJOR ACTOR SECUNDARIO
Sam Rockwell – Tres anuncios a las afueras
MEJOR ACTRIZ SECUNDARIA
Laurie Metcalf, – Lady Bird
MEJOR GUION ADAPTADO
Call Me By Your Name – James Ivory
MEJOR GUION ORIGINAL
Tres anuncios a las afueras – Martin McDonagh
MEJOR PELÍCULA EXTRANJERA
Una mujer fantástica (Chile)
MEJOR PELÍCULA ANIMADA
Loving Vincent, – Dorota Kobiela, Hugh Welchman, Sean Bobbitt, Ivan Mactaggart, Hugh Welchman
MEJOR FOTOGRAFÍA
La forma del agua – Dan Laustsen
MEJOR DISEÑO DE PRODUCCIÓN
La forma del agua – Paul D. Austerberry, Jeffrey A. Melvin, Shane Vieau
MEJOR VESTUARIO
La forma del agua – Luis Sequeira
MEJOR MONTAJE
La forma del agua – Sidney Wolinsky
MEJORES EFECTOS ESPECIALES
Star Wars: Los últimos Jedi, – Ben Morris, Mike Mulholland, Chris Corbould, Neal Scanlon
MEJOR MAQUILLAJE Y PELUQUERÍA
El instante más oscuro – Kazuhiro Tsuji, David Malinowski, Lucy Sibbick
MEJOR MONTAJE DE SONIDO
Dunkerque – Alex Gibson, Richard King
MEJOR MEZCLA DE SONIDO
Dunkerque – Mark Weingarten, Gregg Landaker, Gary A. Rizzo
MEJOR BANDA SONORA
Tres anuncios a las afueras – Carter Burwell
MEJOR CANCIÓN
Mighty River, – Mudbound, de Mary J. Blige
MEJOR DOCUMENTAL
Strong Island – Yance Ford, Joslyn Barnes
MEJOR CORTOMETRAJE DOCUMENTAL
Heroin(e) – Elaine McMillion Sheldon, Kerrin Sheldon
MEJOR CORTOMETRAJE DE FICCIÓN
The Silent Child, – Chris Overton, Rachel Shenton
MEJOR CORTOMETRAJE ANIMADO
Negative Space, – Max Porter, Ru Kuwahata
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