Nuestro cuerpo es la consecuencia del uso dado. Nos lo indica de diversas maneras; dolores de espalda, cervicales, mala postura, dificultades en la respiración, fatiga, tensión, etc. En nuestro artículo anterior con la docente de Técnica Alexander Evelyn Rivera, hemos recibido consultas sobre la metodología del trabajo del cuerpo para su reeducación postural. Qué mejor que ella misma profundice en el tema y nos aclare los principios sobre los cuales esta basada la Técnica Alexander.
Principios de la Técnica Alexander, abordado por la docente Evelyn Rivera
“Traduces todo, ya sea físico o mental o espiritual, en tensión muscular” F.M. Alexander
El uso afecta el funcionamiento:
Frederick Matthias Alexander nos dice: “Hasta ahora, pocos de nosotros hemos prestado atención de hasta qué punto somos responsables de los males que heredamos; esto se debe a que no nos hemos dado cuenta del modo con el que nos usamos a nosotros mismos en nuestras actividades cotidianas e incluso durante el sueño, o de la mala dirección, exceso de tensión y desperdicio de energía que sufrimos gracias a este uso defectuoso.
La responsabilidad individual de nuestros problemas está en el centro mismo del trabajo de Alexander.
En su capítulo sobre “La evolución de una técnica”, de su libro “El uso de sí mismo”, Alexander advierte que las opciones que hacía respecto al uso de su organismo afectaban de manera directa su funcionamiento general y, por lo tanto, influían en todas las demás opciones que tenía de reaccionar.
Apreciación sensorial defectuosa:
Nuestro cuerpo es el principal instrumento sensorial que tenemos. La calidad de percepción de una persona depende directamente de cómo funciona su cuerpo.
Durante su proceso de investigación, Alexander descubrió que el uso habitual que estaba haciendo de sí mismo afectaba la fiabilidad de su sentido cinestésico y que sus sensaciones con respecto a las acciones que deseaba corregir no eran fidedignas. O sea, no podía tener plena confianza en que efectivamente estaba haciendo lo que creía estar haciendo (esto es igual a pedirle a alguien que se ponga derecho aunque como respuesta vemos que levanta los hombros y se va hacia atras). Dado que la información cinestésica es un factor determinante en nuestra percepción, cualquier interferencia con su función, producirá un efecto deformante sobre la conciencia que tenemos de nosotros mismos. Nuestros hábitos, por más dañinos que sean, llegan a parecernos familiares y se vuelven inseparables de nuestras actividades.
Es lo que el ser humano hace lo que provoca el efecto perjudicial, primero en sí mismo y luego en sus actividades en el mundo exterior; y sólo previniendo este hacer puede él realmente empezar algún cambio verdadero. En otras palabras, antes de que el ser humano pueda hacer los cambios necesarios en el mundo exterior, debe aprender a reconocer el tipo de hacer que debe prevenir en sí mismo. El cambio debe empezar en su propio comportamiento.
Unidad psicofísica:
“Cuando los órganos que constituyen cualquier estructura, ya sea fisiológica, mental o social, están mal coordinados o no están en equilibrio, los intentos de obtener la curación solamente logran ejercitar el mecanismo alterado.
Entonces, mi “uso” es la forma en que reaccionó con la totalidad de mí mismo en cualquier situación dada. Si acepto que soy una unidad indivisible, necesitaré hablar de forma diferente, pensar de forma diferente, estudiar de forma diferente, curar mis dolencias de forma diferente, alimentarme de forma diferente, etc. Pues si soy uno, funciono como uno, y por lo tanto no puedo examinar, cambiar o controlar una de mis partes separadamente de mi totalidad.
Control primario:
Alexander habla de Control primario como la relatividad entre la cabeza y el cuello, y entre estos y la espalda. Esta relatividad implica un equilibrio dinámico, una relación cambiante en la que la fijación no tiene lugar.
La relación entre la cabeza, cuello y espalda funciona ya sea de manera constructiva o de manera destructiva. Algunas posiciones del cuerpo favorecen más que otras, tanto en lo referente a su eficiencia práctica como en su efecto sobre nuestro funcionamiento. A estas posiciones las llamamos “posiciones de ventaja mecánica”. La ocupación principal de la Técnica Alexander es enseñar un mejor uso de esta relacion que resulte en maneras más constructivas.
Inhibición:
Frenar (inhibir) la respuesta que emerge automáticamente en respuesta a una acción. Ejemplo: me pongo de pie y esa orden desenlaza un mecanismo (una manera de usarnos para esa acción) es decir, nuestra manera habitual de hacer. Le decimos que no a esta respuesta creando el espacio para dar una nueva dirección.
Dirección:
El espacio que se crea luego de INHIBIR da paso a una nueva DIRECCIÓN consciente: «dirigir” o “darse direcciones”. Es más bien establecer, redireccionar, afinar, cultivar las conexiones entre lo que pensamos y lo que hacemos.
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